Combina aprendizaje de
idiomas y altruismo haciendo un voluntariado en Europa
Cansados de encerrarse en aulas, de destinos llenos de españoles, y
ávidos de nuevas experiencias, muchos estudiantes
de idiomas buscan maneras alternativas de aprender y hacer nuevos amigos
de todo el mundo.
Los voluntariados rurales son los programas preferidos de jóvenes y no
tan jóvenes que, con poca disponibilidad de tiempo
para realizar un trabajo remunerado en el extranjero, y poco presupuesto
para dedicarse solamente a estudiar, deciden
colgarse la mochila y disfrutar de más que una experiencia. El programa
se compone de un curso inicial de inglés intensivo
con alojamiento en una familia anfitriona local seleccionada con la que
podrás refrescar tus conocimientos del idioma,
seguida de la inmersión como voluntario por tres semanas mínimo de
duración. Pasadas las dos primeras semanas, el
estudiante disfruta aprendiendo ingles sin darte cuenta con una segunda
familia local en otra zona del país, en áreas rurales
donde no es fácil encontrar otros extranjeros, sino auténticos lugareños
con tiempo para charlar. Y es que esto de ser voluntario
está haciendo que muchos de ellos vivan una experiencia vital, como es
participar en actividades rurales, aprender nuevos
oficios, colaborar en el sostenimiento del entorno natural y de zonas
más abandonadas, conocer a otros voluntarios de todas
partes del mundo, disfrutar de la naturaleza, la vida sana, y empaparse
de una cultura nueva, a la vez que mejoran de manera
considerable su destreza por medio de la inmersión total y absoluta en
el idioma.
Ser voluntario es algo que puede hacerse durante todo el año, siempre
que dispongas de al menos 5 semanas libres y ganas de
conocer Inglaterra, Irlanda o Francia.
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